"Es una lástima que tengas que estar lejos de tu casa y tu familia tanto tiempo" dijo. "Déjame decirte algo que me ha ayudado a mantener una buena perspectiva acerca de mis propias prioridades. Mira, un día me senté e hice un poco de aritmética. La persona promedio vive aproximadamente 75 años. Ahora entonces, multipliqué 75 por 52 y obtuve 3900, que es el número de sábados que la persona promedio tiene en su tiempo de vida.
"Me di cuenta de esto cuando tenía 55 años", continuó, "y para cuando había vivido más de 2800 sábados. Me puse a pensar que si vivía hasta los 75, tendría cerca de mil restantes para disfrutar”. Entonces contó que compró 1000 canicas y las puso en un tarro en su área de trabajo favorita de la casa. "Cada sábado desde ese entonces" dijo él, "tomo una canica y me deshago de ella. Me doy cuenta que al ver que las canicas disminuyen, me concentro más en las cosas que realmente importan en la vida. No hay nada como ver cómo tu tiempo en esta tierra se acaba para ayudarte a ordenar correctamente tus prioridades"
El anciano finalizó con estas palabras "Ahora déjame que te diga una última cosa antes de salir a desayunar con mi adorable esposa. Esta mañana, me deshice de la última canica del frasco. Creo que si sigo vivo para el próximo sábado, es porque se me ha concedido un tiempo extra".
No podemos elegir el que nos dejen vivir un poco más, pero sí podemos decidir qué hacer con el tiempo que tenemos.
Excelente, es totalmente cierto, generalmente no somos concientes de lo importantes que es nuestro tiempo y lo desperdiciamos...
ResponderEliminar